¡Hola! Mi nombre es
Luis Antonio Ruíz.
Gracias por estar aquí.
Te cuento un poquito de mi vida.
Desde que, con 11 años, entré en el Seminario de Toledo y empecé a cantar en el coro, me di cuenta de que sentía una fascinación por la música, la armonía, y la belleza, y muy especialmente cuando ésta se dedica al servicio del culto para ennoblecer la sagrada liturgia. Aquellas solemnes celebraciones en la Catedral Primada indudablemente te marcan de pequeño, te dejan un sello indeleble y una manera de hacer las cosas. Empecé a entender que la Belleza, en todas sus formas, siempre es reflejo de Dios, y acercarse a ella es acercarse a Aquél
Y tal vez por eso acabé en la Escuela de Arquitectura en Madrid, donde traté en encontrar el equilibrio entre técnica y estética, entre la figura del ingeniero y la del humanista. Nunca me sentí cómodo con la dicotomía simplista "ciencias o letras"... Más bien creo que el ser humano debe tener una aspiración de conocimiento universal, global. La arquitectura, es pues, la labor a la que me dedico desde hace ya más de 20 años, que me ha llevado a diferentes paises y que compagino con mi pasión musical.
En todos estos años he pertenecido a diferentes agrupaciones corales, primero dirigiendo el coro de mi pueblo, La Mata, en Toledo, y después en Madrid en agrupaciones como Eutrapelia o Coro Xenakis. De todos ellos guardo unos maravillosos recuerdos. Pero fue al poco de entrar en la universidad que conocí al coro al que me vincularía de un modo muy especial. Un grupo de personas apasionadas por la música y el canto que deseaban poner su tiempo y energía al servicio de la liturgia en su parroquia. No sólo la música por la música, sino con una intención trascendente. Encontré al Coro San Marcos.
Dirigido originalmente por Félix Castedo, y desde hace ya más de 25 años por Ana María Guirao, éste es un coro parroquial que cuida con exquisita delicadeza todos los detalles para poner la música al servicio del culto, y no al revés. Es un servicio exigente pero humilde, que no busca el lucimiento propio, sino el acercamiento de lo divino a través de lo sensorial, de lo estético, de lo bello.
En este contexto surgió mi vocación compositora, y empecé a armonizar piezas clásicas para el coro. Estudié Armonía en la Escuela de Música Creativa. Poco a poco me atreví a componer mis propias obras, algunas en co-autoría con mi gran amigo Carlos Montes, y esta página recoge la mayoría de esas pequeñas contribuciones que a lo largo de estos años he ido humildemente aportando. En la mayoría de ellas puedes escuchar la maqueta mientras ves la partitura. Las que puedo las hago con Logic Pro X.
En el año 2015, con motivo del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, gané el Concurso Internacional de Antífonas Orantes Teresianas que organizó el Patronato de dicha organización, cuyas piezas puedes consultar en el apartado "Concursos".
Con respecto a mis influencias, debo nombrar en primer lugar al gran Lucien Deiss. Creo que nadie ha logrado dotar a la música litúrgica contemporánea de tal nivel de profundidad misticismo y solemnidad, con recursos sencillos y accesibles para el gran público. Por supuesto, a mi admirado Miguel Manzano, a quien tuve el honor de conocer personalmente y cuyos clásicos son una referencias absoluta en español. Todos conocemos muchas de sus obras, las cuales tienen la capacidad de conectar automáticamente con la gente y que forman ya parte de la cultura de nuestro país y de Latinoamérica. Y cómo no, debo mencionar a alguien que ya es todo un fenómeno de masas: Mons. Marco Frisina. Su maestría orquestando y logrando melodías bellísimas, así como su gran trabajo en bandas sonoras le han permitido conectar con la gente más joven. Su Magnificat me sigue emociando en lo más íntimo.
Actualmente seguimos igual de entusiasmados con esta labor. Puedes encontrarnos todos los domingos a las 12:30 en la Parroquia de San Marcos, en Madrid.